Cualquier persona sana y emocionalmente estable, que comprende los resultados que se pueden obtener tras la cirugía y cuya piel conserva todavía cierta elasticidad puede someterse a este procedimiento.

Se realizará un diagnostico extenso de la piel y las estructuras óseas subyacentes y se informará de las mejores opciones adaptadas a cada caso. Es preciso que se indique el consumo de tabaco o de alguna medicación o vitamina, si tiene la tensión alta, problemas de coagulación o de cicatrización. Es importante que nos diga si fuma o toma alguna medicación, especialmente Aspirina®, o anticoagulantes.
Se entregarán las instrucciones preoperatorias adecuadas.
Es precisa la compañía de algún familiar o acompañante que pueda llevarle a casa cuando se le dé el alta (sí es preciso el centro puede ofrecerle ayuda para resolver esa dificultad) y que, en caso necesario, puedan ayudarle un par de días.

Se realiza siempre en quirófano, dentro de una clínica u hospital. Normalmente, se permanece en la clínica la noche tras la cirugía, dándose el alta al día siguiente.
El lifting puede realizarse bajo anestesia local más sedación, o lo que es más frecuente, con anestesia general, dependiendo de la complejidad de la cirugía.
La colocación exacta de las incisiones y los pasos de la cirugía varía mucho según las estructuras de su cara y la técnica elegida y puede asociarse a una liposución para mejorar el contorno de la cara. Tras la cirugía, se puede colocar, durante uno o dos días, un pequeño drenaje y un vendaje ligero. En el lifting frontal la incisión se coloca disimulada detrás del pelo, o en determinados casos, en el límite entre el pelo y la frente. Se reduce así el exceso de piel y se debilitan los músculos responsables de las arrugas, haciendo estas menos perceptibles.
La Clínica Valero dispone de varios láseres capaces de mejorar además la textura de la piel, algo que el lifting por si sólo no puede lograr.

Suele haber pocas molestias después de la cirugía y, si se producen, se alivian fácilmente con la medicación prescrita. Los vendajes se retiran entre el primero y el quinto día tras el lifting. En pocas semanas su apariencia será normal. La mayoría de los puntos de sutura se retiran a los cinco días.
La mayoría de los pacientes que se someten a un lifting se encuentran bien en 2 días, pero debe descansar durante la primera semana. Es preciso ser cuidadoso con la cara y el pelo, ya que estarán más sensibles durante un tiempo. Es necesario descansar y permitir que el cuerpo emplee toda su energía en una buena curación. En la tercera semana su aspecto será mucho mejor.
La mayoría de los pacientes vuelven a trabajar entre los 10 días y las 2 semanas después de la cirugía. Si es preciso, puede aplicarse maquillaje para disimular los moratones.

Cuando es realizado por un cirujano plástico cualificado, las complicaciones son infrecuentes y de poca importancia. Sin embargo, los resultados pueden variar de unas personas a otras debido a los diferentes rasgos de cada cara.
Puede presentarse alguna complicación, como los hematomas, la alteración, casi siempre temporal, de la movilidad facial, la infección y las reacciones a la anestesia. Se pueden minimizar los riesgos siguiendo de manera cuidadosa las instrucciones que se le ofrecerán.

Los resultados son muy satisfactorios una vez se haya completado la curación. Las cicatrices quedarán disimuladas tras el pelo y en los pliegues naturales de la cara; y en cualquier caso, irán disminuyendo con el tiempo haciéndose poco visibles.
En la Clínica Valero disponemos de láseres para mejorar sus cicatrices, y este tratamiento auxiliar se le ofrece sin costo alguno.
Los resultados son duraderos y tras varios años seguirá pareciendo más joven. Además, en la Clínica Valero, disponemos de equipos para reducir las arrugas finas, las manchas y las rojeces que son producidas por la exposición al sol. Este envejecimiento no puede corregirlo ningún lifting, ya que afecta a toda la piel facial.