Cualquier paciente de edad adulta y con plena salud emocional puede someterse a este procedimiento, con el fin de planificar la mejor forma de lograr ó mejorar la estética de los dientes visibles al sonreír.

Para lograr el mejor resultado posible, es necesaria la toma de impresiones (moldes) para replicar el estado actual de la boca en forma de un modelo de escayola.

La parte clínica del procedimiento de DSD consta de una sesión fotográfica en la que se le tomarán fotos de la cara y de la boca. Éstas serán sometidas al procedimiento informático de DSD, en el cuál se tomarán medidas exactas de los dientes y se diseñará por ordenador una forma, color y tamaño ideal, que es la que se tratará de lograr en el tratamiento estético.

Si bien el DSD ha logrado aproximar los resultados buscados a las expectativas de cada paciente en lo relativo a su estética, pueden darse discrepancias de color, forma, tamaño u orientación con respecto al objetivo ideal marcado en el DSD. Por ello, no se puede garantizar el resultado final. El odontólogo pondrá, no obstante, todos sus recursos y esfuerzo a disposición del paciente para lograr el resultado más cercano posible al objetivo.