Compresión de nervios periféricos

Consiste en eliminar quirúrgicamente los elementos que causan dolor y adormecimiento en la mano al comprimir los nervios periféricos.

Resumen
20-80 años
1-2 h de cirugía
Anestesia regional o general
No requiere hospitalización
1-2 meses de recuperación
El proceso
Cualquier persona con dolor, adormecimiento o problemas de movimiento, causados por la compresión de nervios (como el cubital, en el brazo, o el peroneo, en la pierna), puede someterse a este procedimiento.
Se realizará un diagnóstico del grado de la afectación y del estado de salud. Así, se informará de las mejores opciones adaptadas a cada caso y se entregarán las instrucciones preoperatorias adecuadas.
Es precisa la compañía de algún familiar o acompañante que pueda llevarle a casa cuando se le dé el alta (si es preciso, el centro puede ofrecerle ayuda para resolver esa dificultad) y que, en caso necesario, puedan ayudarle un par de días.
La intervención se realiza en quirófano, con anestesia regional o general, y no es preciso el ingreso. Suele tener una duración de entre 1 y 2 horas.
En la cirugía, se libera el nervio comprimido al retirar el elemento que lo comprime.
Al terminar, se hace una cura, se coloca un vendaje y a veces una férula.
La incomodidad es normal durante las primeras 24 horas, pero cede fácilmente con medicación. Después de una o dos semanas, se retirará el vendaje, la férula si fue necesaria, y los puntos.
La mayoría de los pacientes que se someten a esta cirugía se encuentran bien en 2 días, y se puede retomar la actividad laboral en 2-3 meses.
Sin embargo, no se deberán realizar algunas actividades hasta que no se indique. Se le proporcionarán instrucciones concretas.
Se realizará un seguimiento personalizado durante los meses siguientes para ver la evolución y se recomendará iniciar un programa de rehabilitación.
Cuando es realizada por un cirujano plástico cualificado, las complicaciones son infrecuentes y de poca importancia. No obstante, siempre existe el riesgo de complicaciones como infección, sangrado, adormecimiento persistente o reacciones a la anestesia.
Se puede minimizar este riesgo siguiendo de manera cuidadosa las instrucciones, tanto antes como después de la cirugía.
Suelen ser muy favorables. Una vez haya pasado la fase inicial de recuperación, un programa de rehabilitación y el seguimiento ayudarán a obtener el mejor resultado posible.
Preguntas frecuentes

¿Cuándo debo operarme?
En general, cuando es moderado o grave y no responde a tratamientos médicos.

¿Existen alternativas no quirúrgicas?
Los antiinflamatorios orales, infiltrados y férulas pueden ser eficaces en estados iniciales (leves).

¿Volverá a la normalidad totalmente?
En general, la recuperación suele ser total; pero en casos muy graves puede no recuperase totalmente la sensibilidad y algún movimiento más allá de la compresión.