Cualquier paciente sano y de 12 años o más puede someterse a este tratamiento, buscando corregir pequeñas malposiciones (posiciones incorrectas) en uno o más dientes.
Generalmente, este aparato removible (de quitar y poner) constituye un tratamiento previo al uso de un aparato fijo.

El ortodoncista se encargará de realizar un estudio detallado que incluirá radiografías, fotografías, toma de impresiones (moldes) y simulaciones del caso.

Una vez se determine que el tratamiento puede realizarse en las condiciones en las que se encuentra el paciente, se entregará el aparato y se comprobará que se puede mantener en la boca sin dificultades.
Entonces, se entregarán las pautas que indicarán en qué momentos del día se recomienda llevarlo.

Para lograr el mejor resultado posible, deberán cumplirse las pautas marcadas por el ortodoncista.
Además, en ciertos casos complejos, pueden ser necesarios elementos complementarios de ortodoncia y ortopedia.
Si bien los resultados exactos no pueden garantizarse, se pondrán a disposición del paciente todos los elementos necesarios para obtener un tratamiento satisfactorio.